lunes, 19 de mayo de 2008

resumen

Violencia escolar y autoestima
Día a día, padres y educadores observamos con creciente preocupación cómo las aulas se convierten en escenario de situaciones de maltrato o violencia escolar. Cuando hablamos de maltrato, nos referimos tanto a la violencia puramente física como a la verbal o a toda aquella acción que atente contra la dignidad de la persona. Este último tipo de maltrato es mucho más propenso a quedar encubierto, a pesar de que sus consecuencias son igualmente negativas.
Existe un perfil claro del agresor, pero también de la víctima, por lo que podemos describir una serie de características que les hacen susceptibles de llegar a ser agentes activos o pasivos de las agresiones entre iguales. Tanto el agente del maltrato como la víctima poseen baja autoestima: el primero lleva a cabo la conducta violenta buscando el fortalecimiento de su identidad y la aceptación del grupo y el segundo, igualmente inseguro de sí mismo, no posee los recursos suficientes para encauzar su problema adecuadamente.
Además de lo anterior, debemos tener en cuenta que la autoestima positiva está directamente relacionada con la madurez emocional, la responsabilidad y la capacidad de la persona de actuar de forma autónoma. Pero quizá lo más interesante es que los padres podemos poner en marcha una serie de estrategias educativas para favorecer en nuestros hijos e hijas el desarrollo de una autoestima positiva. No en vano somos sus educadores de primer orden. Otros recursos de los que disponemos los padres para prevenir el maltrato entre escolares son el diálogo franco y abierto con nuestros hijos y el contacto continuado con el centro educativo en el que se encuentra escolarizado. Ambas estrategias nos permitirán la detección temprana de posibles problemas.

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